Nunca me subí a un tren como hizo que lo imaginara Joaquín Sabina, el único recuerdo que tengo que de haberlo hecho, fue cuando era muy pequeño y no tengo claros muy bien todos los detalles, solo recuerdo la promesa que me hice de no olvidarlo.
Menciono los trenes, porque siempre los he asociado a las fugas, a las huidas, a como hay que salir de la vida de alguien cuando es necesario, o cuando te lo piden.
Las palabras más fuertes que he escuchado de alguien a quien ame fueron, olvídame, y más que pedirlo lo ordenaba, lo exigía, lo suplicaba, lo que no sabía, era que en realidad estaba marcando su recuerdo a fuego
Y consiguió que la recordara siempre
En fin, hacerse a un lado nunca ha sido fácil, ni lo será, de eso estoy seguro, solo espero que siempre haya un tren cerca. |