Libres como aves sobre azules mares,
intentos como besos que se guardan por años,
enormes como palabras en bocas eternas.
Amores que se esconden de ojos pequeños,
que provocan suspiros ruidosos,
que ponen ilusión en jóvenes que miran al norte.
Quien sabe cuando duraran,
o si realmente cumplen las promesas,
sin dejarse ni una caricia guardada,
o reservada para tiempos difíciles.
Cuanta violencia en su mano al agitarlo,
la hermosa mujer con los ojos en agua,
repitiéndose una y otra vez,
no te olvidare
te quedas conmigo.
Cuanta desolación en las manos vacías,
del joven iluso que extraña una espalda,
son amores peregrinos
destinados a separarse,
a encontrar nuevos caminos.
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