No era difícil darse cuenta que tenían poco saliendo, aún las miradas cómplices y las manos inquietas, no era difícil saber que la tibieza en las manos tenia poco de haberse descubierto.
Él escondía un poco la mirada, para no delatarse que estaba perdidamente enamorado, Ella lo sabia y por eso traviesa le tomaba la cara y le hablaba de frente, que gran oportunidad de ver a estos dos adolescentes aprendiendo Braile en sus cuerpos.
Él: No me importa lo que piense el mundo
Te amo
Ella: Yo también te amo
también a pesar del mundo
Cuando se alejaban y se perdían entre la gente de aquella calle, fue inevitable traer escombros de amores pasados, de esos que sacaron sonrisas, de esos que nunca sanaron. |
bella história!!cada día me gusta más lo que escribes..